En noviembre del año 2018 las autoridades centrales de Honduras anunciaron que estaban reparando la carretera que conduce de Valle de Angeles a Cantarranas y que después iban a seguir con la carretera de Cantarranas a Talanga. Lo cierto es que poco después de este anuncio se detuvieron las obras de bacheo medio kilómetro antes de llegar al desvío de San Juancito. Desde entonces ni rastro de las anunciadas obras.
La primera semana de febrero 2019 hicieron reparaciones a la calle que evita que los vehículos pasen por dentro de Valle de Angeles para dirigirse a Cantarranas. La reparación duró tres días.
A la salida de Valle de Angeles a Cantarranas hay varios agujeros en el pavimento que son un peligro especialmente en la noche y más cuando llueve.
Como ciudadano que pasa todos los días por esta carretera cuesta ver un patrón racional en las obras. Muestran un patrón más bien errático tanto en el tiempo como el espacio. En el tiempo porque se inician reparaciones y bruscamente se detienen por largos periodos de tiempo. En el espacio, porque las reparaciones no siguen una dirección avanzando de un extremo al otro sino que empiezan en un punto, después un salto hacia delante, después un salto atrás.
El tramo vial de Tegucigalpa a Valle de Angeles sigue el mismo patrón aunque con más frecuencia de reparaciones. Se hacen reparaciones a tramos que no presentan ningún problema que puedan recordar los conductores. Muchas veces uno se pregunta porque están reparando un tramo en concreto si uno no recuerda que hubiera ningún hoyo en ese lugar al pasar con su vehículo. Le podrán decir que es mantenimiento preventivo aunque al ser tan errático no parece que lo sea.
Lo cierto es que el tramo vial entre Valle de Angeles y Cantarranas está lleno de agujeros y no así el de Tegucigalpa a Valle de Angeles. Sería bueno usar los recursos donde se necesitan usando criterios racionales.
Otro punto a tener en cuenta es que en Honduras parece que la señalización horizontal no es prioritaria. Muchas carreteras como la de Tegucigalpa – Valle de Angeles – Cantarranas cuando reciben alguna reparación van perdiendo su señalización horizontal hasta que se desvanece por completo. Esta señalización no es algo estético, salva muchas vidas, especialmente en la noche y cuando las condiciones climáticas son adversas, situación que se da frecuentemente en una carretera de montaña como lo es esta.
Lo cierto es que la gestión de esta y muchas otras carreteras de Honduras dejan mucho que desear. El descuido y la poca exigencia por parte de las autoridades es ostensible.
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